sábado, 23 de abril de 2011

Nicaragua privilegiada con desove de tortugas marinas

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.En el mundo sólo existen siete lugares en donde se producen las arribadas de tortugas marinas, pero la naturaleza premió a Nicaragua permitiéndole tener dos sitios a donde cada año llegan a depositar sus huevos y así garantizar la reproducción de su especie
Una tortuga puede depositar entre 80 y 100 huevos cada vez que llega a la costa. La vigilancia para evitar la comercialización descarnada de los huevos de tortuga es bastante rigurosa en la reserva La Flor.
LA FLOR, SAN JUAN DEL SUR.- Es un lento andar hacia la vida. Un rito adornado por un brillante manto de estrellas, el fuerte viento marino y la hermosa luna que decide cuándo es hora de gestar la vida. Y es que cuando todos estos elementos forman un solo conjunto, dan pie a uno de los mayores espectáculos del reino animal de los que se puede ser testigo en Nicaragua: el desove de las tortugas marinas.

Luego de que las fases de la luna dictan su sentencia, las playas de La Flor y Chacocente, se llenan de miles de estas lentas visitantes que acuden a cumplir con un deber para el cual han sobrevivido por 20 años a temibles depredadores, incluyendo el hombre.

El viernes pasado, a pocos minutos del sábado. La playa de La Flor se encuentra tranquila, aunque sí hay un poco de movimiento a lo largo de la costa. Es un grupo de guardaparques y turistas europeos con lámparas de mano y los ojos fijos en las olas. Acompañándolos, un equipo periodístico de LA PRENSA.


LA ESPERA

La razón de que todos estemos despiertos y atentos a esa hora de la noche es que se espera la primera arribada de tortugas marinas de 2003. El cuarto menguante lunar ha finalizado y se espera que La Flor se vea visitada por una buena cantidad de tortugas de las especies de paslama y tora, aunque de acuerdo con los guardaparques, las arribadas más grandes ocurren generalmente en septiembre.

El que Nicaragua tenga dos lugares en los cuales las tortugas marinas lleguen a desovar es una suerte determinada por los misterios de la naturaleza. Según los especialistas, existen sólo siete lugares en el mundo a donde arriban las tortugas marinas. Después de Nicaragua, en México se encuentra uno, en Costa Rica dos, otro en El Salvador y el último se encuentra en la lejana India.

Ya casi es la una de la madrugada del sábado y todavía estamos recorriendo las costas de La Flor. De acuerdo con los guardaparques, La Flor tiene una extensión de 1,500 metros de playa, pero es en una área de 1000 metros a donde las tortugas llegan a depositar sus huevos.

De pronto, un grito de uno de los guardaparques nos avisa que hay un grupo de tortugas saliendo al lado sur de la playa. Las presunciones de los vigilantes forestales se cumplieron. Es una arribada pequeña.

Escogemos a una para seguirla. Wendell López, el guardaparque que nos acompaña nos pide que no la alumbremos con los focos ni se le tomen fotografías hasta que ella haya terminado de desovar.

“Es que cuando vienen así en grupos pequeños, son bien tímidas, y si se asustan se vuelven a meter al mar. Cuando ya haya terminado, entonces no hay problema“, nos explicó.

Son casi 15 metros los que recorre nuestra tortuga escogida luego que sale del mar y se arrastra para escoger un lugar donde hacer su nido. Luego, usando principalmente sus aletas traseras, empieza a escarbar. La oscuridad es completa y el silencio es sólo interrumpido por el rugir de las olas. Wendell nos reitera que esperemos, que no hay que molestarla.


PREPARANDO LA CUNA

Luego de 20 minutos, en los cuales ya ha escarbado un agujero de unos 30 centímetros, la tortuga —de la especie paslama, según nos explica Wendell— empieza a depositar sus huevos. Uno por uno van cayendo. Cada instante de este ritual de vida es atrapado desde todos los ángulos posibles por los destellos fotográficos de los turistas y el equipo gráfico de LA PRENSA.

Se estima que una sola de estas tortugas puede depositar de entre 80 a 100 huevos en una arribada. Para el nacimiento de las tortuguillas se tiene que esperar alrededor de 42 días.

Es común que los nacimientos se den cuando ocurren las arribadas, por lo que en varias ocasiones ha sucedido que un grupo de tortugas llegan a depositar sus huevos en la madrugada y al alba están surgiendo de la arena cienes, a veces miles de crías, dando la impresión de que el milagro de la vida se dio en tiempo récord.

Han pasado ya 15 minutos. Nuestro vigilado reptil ha terminado de depositar sus huevos y empieza la tarea de enterrarlos. Con su instinto natural de madre, la tortuga se toma casi 25 minutos para dejar bien enterrados los huevos. Luego, se levanta con fuerza y golpea la arena varias veces para dejarla bien “compacta”. Al terminar, realmente no pareciera que se escarbó un hueco en el lugar.


TURISTAS EMOCIONADOS

Ahora sí. Los turistas, maravillados por lo que vieron, se dan gusto tocando a la tortuga y tomándoles fotografías directas a su cara. El guardaparques advierte que tengan cuidado. Si la tortuga se asusta puede morder. Si llega a agarrar una mano o dedo de una persona, no lo soltará hasta que se le dé un fuerte golpe a la cabeza. “Hay veces en que sólo cortándole la cabeza se puede lograr que te lo suelten, pero allí si es fijo que terminas sin dedo”, comentó Wendell.

“Es increíble. Yo estaba en Costa Rica, pero allí no pasó nada. Por eso me vine para Nicaragua para ver si tenía suerte y la tuve. Siempre he querido ver esto de las tortugas marinas. Es muy bonito”, dijo en un confuso español y bastante emocionado el canadiense Claude Mazizde.

“No lo puedo creer. No es lo mismo verlo en televisión o leerlo en Internet que verlo aquí. Mucha suerte que Nicaragua tenga esto”, agregó por su parte la holandesa Andrea Schuurman.

La tortuga a la cual hemos molestado toda la noche, da la vuelta, y con la misma lentitud con la que salió del mar se dirige de nuevo a éste. Va un poco desorientada por las luces de los focos y las cámaras fotográficas. Se detiene un momento para guiarse por el ruido de las olas, y luego encuentra el camino correcto hasta sumergirse en las aguas del Océano Pacífico.

Ha finalizado su labor. Seguramente ninguna de sus crías sobrevivirá, pero si una lo hace, dentro de 20 años continuará su legado, siempre en el mismo lugar donde nació.


LOTERÍA DE VIDA

Para que una de las tortuguillas puede llegar a vivir entre los 100 a 80 años que es el promedio de edad de ellas, debe tener una suerte equivalente a sacarse el “premio gordo” de la lotería.

Según cálculos de los investigadores, de cada mil tortuguillas una sobrevivirá. Las otras quedarán en los estómagos de depredadores como zorros, cangrejos blancos, perros, gaviotas, pelícanos, zopilotes, y, en menor grado —gracias a la vigilancia del Ejército, Ministerio del Ambiente y una fundación de carácter privada denominada Cocibolca— en el del hombre.


VIGILANCIA CONSTANTE

A pesar de que La Flor es una propiedad privada, su condición de reserva natural obliga a su dueño a mantener una vigilancia y cuido riguroso de la misma, tarea para lo cual cuenta con el apoyo de efectivos del Ejército Nacional y el Ministerio del Ambiente.

En lo que respecta a la vigilancia y protección de las tortugas marinas, la Fundación Cocibolca es la que dedica grandes esfuerzos para evitar que esta especie pase a la “lista negra” de animales en riesgo de extinción.

La Fundación Cocibolca mantiene un acuerdo con las comunidades cercanas a la reserva (El Ostional, Montecristo, La Flor, Tortuga, El Coco) para que éstas participen de forma voluntaria del cuido de las tortugas a cambio de un porcentaje de los huevos, los cuales son vendidos por los lugareños a un precio de 15 córdobas la docena.

Una de las labores más delicadas de los miembros de la fundación es estar atentos a los nacimientos de las tortuguillas, para protegerlas de sus enemigos naturales.

Si el nacimiento se da durante la noche, los vigilantes deben preocuparse sólo por espantar a los cangrejos blancos. Si el nacimiento es en el día, entonces, debido a que el peligro es mayor, los guardaparques recogen las crías, las protegen durante el transcurso del día y en la noche, las llevan al mar.

Si usted desea visitar La Flor, los precios para los nacionales son 80 córdobas para adultos y 40 los niños. Para extranjeros es de 150 córdobas para los adultos y 75 si son niños. Acampar en la reserva cuesta 300 córdobas, sin importar su nacionalidad.


CASTIGOS ORIGINALES

Pese a la vigilancia, siempre se dan casos de pobladores que entran a La Flor con la intención de saquear los huevos de tortugas. Como en la mayoría de los casos son personas pobres que buscan algo que comer o vender para la subsistencia de sus hogares, se les aplica castigos muy particulares en caso de ser capturados, por ejemplo, ponerlas a cargar agua, cortar leña bajo el sol o amarrarlas con un mecate un par de horas.  
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Articulo tomado de La Prensa.

1 comentario:

  1. Después de los vegetales, aparecieron los primeros indicios de vida animal primitiva. Estos surgieron en el mar, al igual que los vegetales.

    Hoy en día, podemos encontrar una gran variedad de animales, que los científicos han dividido en dos grandes grupos:

    Invertebrados: no presentan huesos o vertebras. Son los más abundantes del planeta (95 por ciento). En este grupo encontramos: gusanos, moluscos, artrópodos (insectos, arácnidos, crustáceos) y equinodermos.

    Vertebrados o cordados: presentan un cordón nervioso y un esqueleto interno, formado de huesos o cartílagos. Los científicos han dividido a este grupo en: peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos. La gran mayoría de ellos se reproducen por huevos (ovíparos), es decir, se desarrollan fuera del vientre materno. Los mamíferos son los únicos que se reproducen por cría viva (vivíparo), lo que quiere decir que sus crías se desarrollan dentro del vientre de la hembra.

    Los animales no pueden fabricar su propio alimento y se les conoce como organismos heterótrofos. Deben buscar sus nutrientes, y según esto podemos clasificarlos en tres grupos: herbívoros (se alimentan solo de vegetales), carnívoros (se alimentan de otros animales) y los omnívoros (se alimentan tanto de vegetales como de otros animales).

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