La arribada de la tortuga paslama en Chacocente Las tortugas paslama son de hábitos migratorios, pues periódicamente recorren grandes distancias desde sus zonas de alimentación hasta la de reproducción. La Tortuga Paslama ( Lepidochelys oliveacea ) muestra una estrategia reproductiva, llamada “Arribada”, muy extraña entre los vertebrados: Desde centenares de kilómetros de distancia se reúnen en cierto período del año, en número de miles frente a ciertas playas determinadas y gracias a un mecanismo hormonal, se abalanzan simultáneamente sobre la playa para poner sus huevos. Usualmente las arribadas de tortugas paslama se presentan cuando la luna esta en cuarto menguante. En una temporada pueden ocurrir alrededor de ocho arribadas, cada una compuesta por mas o menos 3 mil hembras. Las tortugas salen del mar para realizar su desove y al caminar va enterrando la cabeza en la arena, olfateando, buscando el lugar donde el año anterior realizo el desove. Según dice los hueveros, “siempre pone los huevos en el mismo sitio” Luego que una hembra ha localizado un sitio donde hará su nido, procede a excavarlo, utilizando sus aletas traseras, luego deposita más de un centenar de huevos que cubre con arena, la que compacta con su pesado cuerpo. Finalmente hace un círculo enorme con su cuerpo para confundir a los posibles depredadores. El quelonio regresa al mar esperando volver el próximo año al mismo lugar. Volverán con él algunas de sus hijas de anidadas anteriores ya adultas, a realizar el mismo ritual que hizo su madre, y así desde el principio de la especie. El proceso de anidación tarda aproximadamente una hora y el proceso de incubación dura entre 48 y 52 días, posteriormente los tortuguillos emergen para emprender su camino al mar, no sin antes enfrentar una serie de peligro en la arena.
tomado de :
tomado de : http://www.adeca.org.ni/museo_eco/indexchacocente.htm
...Conservemos lo Nuestro... Aprendamos a proteger nuestro ecosistema, y apoyemos la preservación de las tortugas marinas.
martes, 26 de abril de 2011
tomado de la página de chacocente
Chacocente, entre los mejores paraísos del mundo
La reserva natural está entre las mejores playas desiertas del planeta, según
un listado preparado por la revista de viajes del diario británico The Guardian.
Foto
Archivo. Un grupo de tortugas llegan a desovar a las playas de Chacocente.
El diario británico The Guardian creó una lista de las 20 mejores playas
desiertas del mundo, en la que incluyó, en el décimo lugar, el refugio natural
de Chacocente, ubicado en las costas del Pacífico, al sur de Managua, donde
cada año llegan a desovar miles de tortugas Paslama.
El diario cataloga la lista como el “Santo Grial” de los viajes: lugares de
ensueño con arena blanca, mar azul turquesa y, lo mejor, “sin otra alma a la
vista”. Son playas que conservar sus recursos, sin grandes explotaciones
turísticas, que se convierten en el sueño de los viajeros de todo el mundo.
La lista fue creada por Gemma Bowes, de The Guardian, quien ubicó en el
décimo lugar a Chacocente. La periodista escribió que aparte de las personas
que llegan cada año a estudiar el proceso de desove de las tortugas, “es
improbable ver a alguien más en la reserva, que es sólo accesible por caballo o
en un auto de doble tracción”.
“La playa es una pequeña parte de la reserva, la extensión de tierra más
grande del bosque tropical seco que queda sin estropear en Nicaragua”,
escribe Bowes, quien destaca que en el lugar corre cerca de la playa el río
Escalante y, como algo positivo, el bajo nivel de visitas de turistas en la zona.
El refugio de Chacocente cuenta con 42 kilómetros cuadrados de extensión.
Incluye valiosos recursos de flora y fauna. Su principal atracción es que es
una de las seis playas en América donde llegan a desovar unas 30 mil tortugas
entre Paslama y otras especies en peligro de extinción. El refugio es uno de
los últimos bosques tropicales secos que quedan en Centroamérica.
La reserva natural está entre las mejores playas desiertas del planeta, según
un listado preparado por la revista de viajes del diario británico The Guardian.
Foto
Archivo. Un grupo de tortugas llegan a desovar a las playas de Chacocente.
El diario británico The Guardian creó una lista de las 20 mejores playas
desiertas del mundo, en la que incluyó, en el décimo lugar, el refugio natural
de Chacocente, ubicado en las costas del Pacífico, al sur de Managua, donde
cada año llegan a desovar miles de tortugas Paslama.
El diario cataloga la lista como el “Santo Grial” de los viajes: lugares de
ensueño con arena blanca, mar azul turquesa y, lo mejor, “sin otra alma a la
vista”. Son playas que conservar sus recursos, sin grandes explotaciones
turísticas, que se convierten en el sueño de los viajeros de todo el mundo.
La lista fue creada por Gemma Bowes, de The Guardian, quien ubicó en el
décimo lugar a Chacocente. La periodista escribió que aparte de las personas
que llegan cada año a estudiar el proceso de desove de las tortugas, “es
improbable ver a alguien más en la reserva, que es sólo accesible por caballo o
en un auto de doble tracción”.
“La playa es una pequeña parte de la reserva, la extensión de tierra más
grande del bosque tropical seco que queda sin estropear en Nicaragua”,
escribe Bowes, quien destaca que en el lugar corre cerca de la playa el río
Escalante y, como algo positivo, el bajo nivel de visitas de turistas en la zona.
El refugio de Chacocente cuenta con 42 kilómetros cuadrados de extensión.
Incluye valiosos recursos de flora y fauna. Su principal atracción es que es
una de las seis playas en América donde llegan a desovar unas 30 mil tortugas
entre Paslama y otras especies en peligro de extinción. El refugio es uno de
los últimos bosques tropicales secos que quedan en Centroamérica.
lunes, 25 de abril de 2011
::Ley de Protección Animal en Nicaragua::
El proyecto de ley que existe en Nicaragua, ya presentado en la Asamblea y debatido en el seno de la Comisión de Medioambiente, define antes que nada que se entiende por bienestar y por maltrato animal, y qué animales se encuentran amparados bajo la ley… señores, seamos claros, las cucarachas y los zompopos no se protegen, son plagas. Se protege a los animales domésticos y a los animales silvestres entendiendo por sí a los vertebrados: aves, mamíferos, reptiles, anfibios y peces.
La ley plantea los derechos de los animales, propios de cada habitante de este mundo, más allá de que no sean seres pensantes o racionales como aducen algunos, tienen los mismos derechos que nosotros, al ser habitantes de un mismo planeta, de una misma tierra y muchos de ellos más antiguos que nosotros aún.
La ley regula las condiciones en que hay que mantener a los animales domésticos y qué significa maltrato. Y en esto comprende a los caballos (también los de carretones), los perros, los gatos, los cerdos, las aves y todos los animales domésticos y/o silvestres.
La ley establece la prohibición de mantener en los hogares animales que no estén admitidos convencionalmente como mascotas.
La ley establece y regula la experimentación, la utilización de animales con fines didácticos, el rol de las instituciones en estos aspectos.
La ley no está contra la matanza de animales para consumo, y en ningún lugar plantea que la gente deje de consumir res, cerdo o pollo, sino que regula el transporte, espera y muerte de los mismos en condiciones humanitarias.
La ley intenta regular los zoológicos y prohibir la exhibición de animales en circos.
La ley establece las competencias de las distintas organizaciones estatales y sociales en su ámbito.
Infelizmente, la Ley no cubre con su brazo protector a los gallos de riña, exceptuándolos. Pero nosotros pedimos, solicitamos y exigimos que por lo menos se prohíba el uso de navajas y se prohíban como en muchos países las apuestas. Veremos la intensidad de la cultura y la tradición sin apuestas en las turbias galleras.
La ley es un elemento necesario, en forma urgente, para regular la cohabitación natural entre el hombre y las especies, una herramienta formidable con la que podremos intentar vivir en paz y armonía todos aquellos que poblamos Nicaragua.
Este articulo es tomado del periodico de circulacion nacional, El Nuevo Diario donde hacen referencia a lo que propone la ley de proteccion en Nicaragua.
:::Incubación Artificial de Tortugas:::
Como parte de la convicción de proteger nuestros recursos naturales, el Hotel Vistamar a relizado realidad el primer proyecto de Incubación Artificial de Huevos de Tortugas de Paslama en Nicaragua con ayuda de jóvenes ambientalistas.
La tortuga paslama se encuentra en peligro de extinción global a causa del consumo irracional de sus huevos, la matanza para extraérselos, por el deterioro y disminución de su hábitat marino costero, es por eso que este proyecto desea contribuir, a la naturaleza, a la sobrevivencia de la especie, donde hayan más tortugas y donde sus visitantes puedan tener la oportunidad de apreciar especies tan emblemáticas del mar; como son las tortugas.
Para la temporada (2009-2010) se realizará la incubación artificial de 200 nidos con un promedio 100 huevos por nido, equivalentes a 20,000 tortuguillas anuales, que inmediatamente después de nacer, son liberadas al mar frente al Hotel Vistamar.
!Gracias al Hotel Vistamar que nos ha ofrecido información!
domingo, 24 de abril de 2011
::Especies de Tortugas en Peligro de Extinsión::
La Tortuga de Carey (Eretmochelys imbricata):
Es una de las especies marinas más hermosas que en el estado adulto su caparazón resulta ser más precioso por que está formado por escudos translúcidos de coloración variada entre amarillo, ámbar, rojo, marrón y negro. El caparazón es aplanado, muy hidrodinámico y con la parte final del mismo fuertemente aserrada.
Esta especie de tortuga navega en los oceanos Índico, Atlántico y Caribe. Los cuales pueden encontrarse en las cercanías de los arrecifes de coral y formaciones rocosas en áreas costeras llanas.
A pesar de estar prohibida su caza y comercialización por ser una especie en peligro de extinción, el tráfico y comercio ilegal, sigue mermando la reducida población de tortugas que habitan en el mar Caribe. Actualmente el CITES ( Convención Internacional sobre el Comercio de Especies Amenazadas de la Fauna y de la Flora) ha catalogado a esta especie en peligro extremo de desaparición, por tal motivo ha prohibido su comercialización. Sin embargo, se hace necesario crear y fortalecer (las ya creadas) leyes ambientales para evitar el tráfico ilegal. No obstante, de estar penalizado en Venezuela vender joyas y ornamentos de Carey, no es raro encontrar en algunas tiendas turísticas objetos hechos con caparazones ámbar-negro.
Peje Blanco - ( Chelonia mydas ): Esta especie llega a pesar entre 160 y 250 kilogramos (350 y 550 libras) y su coloración varía de verde olivo a marrón.
El peje blanco es herbívoro, se alimenta de yerbas marinas. Esta es la especie más común en nuestras aguas debido a la abundancia de hábitats para su alimentación. Sin embargo, pocos han sido avistados en nuestras playas. Muy rara vez anida y cuando lo hace es en las islas o islotes limítrofes de Puerto Rico. El carey utiliza su afilado pico para extraer esponjas de las hendiduras del arrecife. Esta tortuga anida mayormente en playas pequeñas y en islas o islotes.
Cuando Cristóbal Colon descubrió el Nuevo mundo, habían miles de estas tortugas en el Mar Caribe y actualmente son muy pocas las que existen, disminuyendo la cantidad de individuos a través del tiempo. Colón y otros exploradores, comerciantes, colonizadores y piratas que más tarde siguieron su huella, pronto se dieron cuenta de que esta especie tenía un sabor agradable lo que hizo ser un plato exquisito en la mesa de muchos.
Hoy día después de cientos de años, el peje blanco todavía es perseguido y cazado para ser consumido. El Peje blanco es de color café, crece más de 1 metro de largo y a menudo puede llegar a pesar sobre 140 kilogramos; se alimenta de hierbas marinas en lechos cerca de la costa. En aquellos tiempos los marineros capturaban con facilidad al dócil animal y le daban vuelta quedando sobre el caparazón, inmovilizándola para facilitar el trabajo, con el propósito de mantenerla a bordo de los barcos para matarla cuando necesitaran carne fresca.
La caguama: Esta tortuga alcanza un peso entre 90 y 160 kilogramos (200 y 350 libras). Su coloración es marrón rojizo. También conocida como cabezona, esta tortuga es fácil de identificar por el gran tamaño de su cabeza. Su nombre científico también le es dado por esta característica, esta se alimenta de moluscos y cangrejos.
La tortuga que mayor tamaño alcanza, puede llegar a pesar 680 kilogramos (1,700 libras). El Tinglar es la única tortuga marina que no posee un caparazón duro. En su lugar está protegida por una piel coriacea en la que aparecen siete quillas longitudinales. Esta se alimenta de aguasvivas. y es la que más frecuentemente anida en nuestras playas, prefiere las de costa arenosa, libres de arrecife y oleaje fuerte, cercanas a profundidades oceánicas.
::Tortugas Marinas::
Las tortugas son los reptiles más antiguos existentes. Su origen se remonta a 180 millones de años atrás. Son animales de sangre fría, respiran aire, ponen huevos y normalmente habitan los océanos tropicales y subtropicales. El peso de los adultos varía entre los 40 y 650 kilogramos (88 a 1,430 libras). Las hembras adultas anidan cada dos a tres años.
Se cree que regresan a desovar a la playa donde nacieron. Con sus aletas traseras cavan un nido en la arena. En él depositan 100 huevos o más dependiendo de la especie. Una vez desova, regresa al mar. Las hembras de las diferentes especies pueden anidar entre 3 y 11 veces por temporada. Los huevos se incuban bajo la arena en 50 a 70 días. Generalmente, las tortuguitas emergen de noche. Para llegar al agua se guían por el reflejo de la espuma de mar, por eso, la presencia de luces en la playa puede confundirlas y resultar en su muerte. Una vez en el mar, las tortuguitas se enfrentan a muchos depredadores. Se cree que sólo una de mil tortuguitas sobrevivirá y eventualmente llegará a reproducirse. Cada especie de tortuga marina requiere una alimentación distinta. Esta particularidad las coloca en hábitats diferentes, permitiendo un mínimo de competencia entre ellas.
La supervivencia de las tortugas marinas es responsabilidad de todos, es nuestro deber protegerlas de la Extinción. Algunos consejos son:
- Si conduce una embarcación: Cuando detecte la presencia de tortugas, reduzca la velocidad al mínimo, de modo que no genere olas. Ancle la embarcación en fondos arenosos y nunca deseche aceite de motor en el agua.
- Si bucea : Observe, pero no toques las tortugas. Tome fotografías se desea, pero no se acerque deliberadamente al animal, no lo aceche.
- Si pesca: No deseche líneas de pesca o plásticos en el agua. Las tortugas se lastiman con implementos de pesca descartados. Estos eventualmente les causan la muerte. Si tiende redes, revíselas cada hora para asegurarse de que no hay tortugas atrapadas. Si pone sus redes a secar sobre la arena, recójalas al anochecer.
- Si disfruta de la playa: Traiga de regreso a su casa todos los desperdicios plásticos que podrían ser perjudiciales para la vida marina: bolsas, globos, yuntas de refresco o cerveza, frascos de loción bronceadora, platos, vasos y demás utensilios. No auspicie el uso de vehículos de campo traviesa.
- Si visita restaurantes de mariscos: No promueva la cacería de las tortugas marinas ordenando carne de carey.
- Si es educador: Tome tiempo para explicarles a sus estudiantes sobre las tortugas marinas, sus problemas y la necesidad de conservarlas.
sábado, 23 de abril de 2011
Nicaragua privilegiada con desove de tortugas marinas
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Una tortuga puede depositar entre 80 y 100 huevos cada vez que llega a la costa. La vigilancia para evitar la comercialización descarnada de los huevos de tortuga es bastante rigurosa en la reserva La Flor. | ||||
LA FLOR, SAN JUAN DEL SUR.- Es un lento andar hacia la vida. Un rito adornado por un brillante manto de estrellas, el fuerte viento marino y la hermosa luna que decide cuándo es hora de gestar la vida. Y es que cuando todos estos elementos forman un solo conjunto, dan pie a uno de los mayores espectáculos del reino animal de los que se puede ser testigo en Nicaragua: el desove de las tortugas marinas.
Luego de que las fases de la luna dictan su sentencia, las playas de La Flor y Chacocente, se llenan de miles de estas lentas visitantes que acuden a cumplir con un deber para el cual han sobrevivido por 20 años a temibles depredadores, incluyendo el hombre.
El viernes pasado, a pocos minutos del sábado. La playa de La Flor se encuentra tranquila, aunque sí hay un poco de movimiento a lo largo de la costa. Es un grupo de guardaparques y turistas europeos con lámparas de mano y los ojos fijos en las olas. Acompañándolos, un equipo periodístico de LA PRENSA.
LA ESPERA
La razón de que todos estemos despiertos y atentos a esa hora de la noche es que se espera la primera arribada de tortugas marinas de 2003. El cuarto menguante lunar ha finalizado y se espera que La Flor se vea visitada por una buena cantidad de tortugas de las especies de paslama y tora, aunque de acuerdo con los guardaparques, las arribadas más grandes ocurren generalmente en septiembre.
El que Nicaragua tenga dos lugares en los cuales las tortugas marinas lleguen a desovar es una suerte determinada por los misterios de la naturaleza. Según los especialistas, existen sólo siete lugares en el mundo a donde arriban las tortugas marinas. Después de Nicaragua, en México se encuentra uno, en Costa Rica dos, otro en El Salvador y el último se encuentra en la lejana India.
Ya casi es la una de la madrugada del sábado y todavía estamos recorriendo las costas de La Flor. De acuerdo con los guardaparques, La Flor tiene una extensión de 1,500 metros de playa, pero es en una área de 1000 metros a donde las tortugas llegan a depositar sus huevos.
De pronto, un grito de uno de los guardaparques nos avisa que hay un grupo de tortugas saliendo al lado sur de la playa. Las presunciones de los vigilantes forestales se cumplieron. Es una arribada pequeña.
Escogemos a una para seguirla. Wendell López, el guardaparque que nos acompaña nos pide que no la alumbremos con los focos ni se le tomen fotografías hasta que ella haya terminado de desovar.
“Es que cuando vienen así en grupos pequeños, son bien tímidas, y si se asustan se vuelven a meter al mar. Cuando ya haya terminado, entonces no hay problema“, nos explicó.
Son casi 15 metros los que recorre nuestra tortuga escogida luego que sale del mar y se arrastra para escoger un lugar donde hacer su nido. Luego, usando principalmente sus aletas traseras, empieza a escarbar. La oscuridad es completa y el silencio es sólo interrumpido por el rugir de las olas. Wendell nos reitera que esperemos, que no hay que molestarla.
PREPARANDO LA CUNA
Luego de 20 minutos, en los cuales ya ha escarbado un agujero de unos 30 centímetros, la tortuga —de la especie paslama, según nos explica Wendell— empieza a depositar sus huevos. Uno por uno van cayendo. Cada instante de este ritual de vida es atrapado desde todos los ángulos posibles por los destellos fotográficos de los turistas y el equipo gráfico de LA PRENSA.
Se estima que una sola de estas tortugas puede depositar de entre 80 a 100 huevos en una arribada. Para el nacimiento de las tortuguillas se tiene que esperar alrededor de 42 días.
Es común que los nacimientos se den cuando ocurren las arribadas, por lo que en varias ocasiones ha sucedido que un grupo de tortugas llegan a depositar sus huevos en la madrugada y al alba están surgiendo de la arena cienes, a veces miles de crías, dando la impresión de que el milagro de la vida se dio en tiempo récord.
Han pasado ya 15 minutos. Nuestro vigilado reptil ha terminado de depositar sus huevos y empieza la tarea de enterrarlos. Con su instinto natural de madre, la tortuga se toma casi 25 minutos para dejar bien enterrados los huevos. Luego, se levanta con fuerza y golpea la arena varias veces para dejarla bien “compacta”. Al terminar, realmente no pareciera que se escarbó un hueco en el lugar.
TURISTAS EMOCIONADOS
Ahora sí. Los turistas, maravillados por lo que vieron, se dan gusto tocando a la tortuga y tomándoles fotografías directas a su cara. El guardaparques advierte que tengan cuidado. Si la tortuga se asusta puede morder. Si llega a agarrar una mano o dedo de una persona, no lo soltará hasta que se le dé un fuerte golpe a la cabeza. “Hay veces en que sólo cortándole la cabeza se puede lograr que te lo suelten, pero allí si es fijo que terminas sin dedo”, comentó Wendell.
“Es increíble. Yo estaba en Costa Rica, pero allí no pasó nada. Por eso me vine para Nicaragua para ver si tenía suerte y la tuve. Siempre he querido ver esto de las tortugas marinas. Es muy bonito”, dijo en un confuso español y bastante emocionado el canadiense Claude Mazizde.
“No lo puedo creer. No es lo mismo verlo en televisión o leerlo en Internet que verlo aquí. Mucha suerte que Nicaragua tenga esto”, agregó por su parte la holandesa Andrea Schuurman.
La tortuga a la cual hemos molestado toda la noche, da la vuelta, y con la misma lentitud con la que salió del mar se dirige de nuevo a éste. Va un poco desorientada por las luces de los focos y las cámaras fotográficas. Se detiene un momento para guiarse por el ruido de las olas, y luego encuentra el camino correcto hasta sumergirse en las aguas del Océano Pacífico.
Ha finalizado su labor. Seguramente ninguna de sus crías sobrevivirá, pero si una lo hace, dentro de 20 años continuará su legado, siempre en el mismo lugar donde nació.
LOTERÍA DE VIDA
Para que una de las tortuguillas puede llegar a vivir entre los 100 a 80 años que es el promedio de edad de ellas, debe tener una suerte equivalente a sacarse el “premio gordo” de la lotería.
Según cálculos de los investigadores, de cada mil tortuguillas una sobrevivirá. Las otras quedarán en los estómagos de depredadores como zorros, cangrejos blancos, perros, gaviotas, pelícanos, zopilotes, y, en menor grado —gracias a la vigilancia del Ejército, Ministerio del Ambiente y una fundación de carácter privada denominada Cocibolca— en el del hombre.
VIGILANCIA CONSTANTE
A pesar de que La Flor es una propiedad privada, su condición de reserva natural obliga a su dueño a mantener una vigilancia y cuido riguroso de la misma, tarea para lo cual cuenta con el apoyo de efectivos del Ejército Nacional y el Ministerio del Ambiente.
En lo que respecta a la vigilancia y protección de las tortugas marinas, la Fundación Cocibolca es la que dedica grandes esfuerzos para evitar que esta especie pase a la “lista negra” de animales en riesgo de extinción.
La Fundación Cocibolca mantiene un acuerdo con las comunidades cercanas a la reserva (El Ostional, Montecristo, La Flor, Tortuga, El Coco) para que éstas participen de forma voluntaria del cuido de las tortugas a cambio de un porcentaje de los huevos, los cuales son vendidos por los lugareños a un precio de 15 córdobas la docena.
Una de las labores más delicadas de los miembros de la fundación es estar atentos a los nacimientos de las tortuguillas, para protegerlas de sus enemigos naturales.
Si el nacimiento se da durante la noche, los vigilantes deben preocuparse sólo por espantar a los cangrejos blancos. Si el nacimiento es en el día, entonces, debido a que el peligro es mayor, los guardaparques recogen las crías, las protegen durante el transcurso del día y en la noche, las llevan al mar.
Si usted desea visitar La Flor, los precios para los nacionales son 80 córdobas para adultos y 40 los niños. Para extranjeros es de 150 córdobas para los adultos y 75 si son niños. Acampar en la reserva cuesta 300 córdobas, sin importar su nacionalidad.
CASTIGOS ORIGINALES
Pese a la vigilancia, siempre se dan casos de pobladores que entran a La Flor con la intención de saquear los huevos de tortugas. Como en la mayoría de los casos son personas pobres que buscan algo que comer o vender para la subsistencia de sus hogares, se les aplica castigos muy particulares en caso de ser capturados, por ejemplo, ponerlas a cargar agua, cortar leña bajo el sol o amarrarlas con un mecate un par de horas.
Luego de que las fases de la luna dictan su sentencia, las playas de La Flor y Chacocente, se llenan de miles de estas lentas visitantes que acuden a cumplir con un deber para el cual han sobrevivido por 20 años a temibles depredadores, incluyendo el hombre.
El viernes pasado, a pocos minutos del sábado. La playa de La Flor se encuentra tranquila, aunque sí hay un poco de movimiento a lo largo de la costa. Es un grupo de guardaparques y turistas europeos con lámparas de mano y los ojos fijos en las olas. Acompañándolos, un equipo periodístico de LA PRENSA.
LA ESPERA
La razón de que todos estemos despiertos y atentos a esa hora de la noche es que se espera la primera arribada de tortugas marinas de 2003. El cuarto menguante lunar ha finalizado y se espera que La Flor se vea visitada por una buena cantidad de tortugas de las especies de paslama y tora, aunque de acuerdo con los guardaparques, las arribadas más grandes ocurren generalmente en septiembre.
El que Nicaragua tenga dos lugares en los cuales las tortugas marinas lleguen a desovar es una suerte determinada por los misterios de la naturaleza. Según los especialistas, existen sólo siete lugares en el mundo a donde arriban las tortugas marinas. Después de Nicaragua, en México se encuentra uno, en Costa Rica dos, otro en El Salvador y el último se encuentra en la lejana India.
Ya casi es la una de la madrugada del sábado y todavía estamos recorriendo las costas de La Flor. De acuerdo con los guardaparques, La Flor tiene una extensión de 1,500 metros de playa, pero es en una área de 1000 metros a donde las tortugas llegan a depositar sus huevos.
De pronto, un grito de uno de los guardaparques nos avisa que hay un grupo de tortugas saliendo al lado sur de la playa. Las presunciones de los vigilantes forestales se cumplieron. Es una arribada pequeña.
Escogemos a una para seguirla. Wendell López, el guardaparque que nos acompaña nos pide que no la alumbremos con los focos ni se le tomen fotografías hasta que ella haya terminado de desovar.
“Es que cuando vienen así en grupos pequeños, son bien tímidas, y si se asustan se vuelven a meter al mar. Cuando ya haya terminado, entonces no hay problema“, nos explicó.
Son casi 15 metros los que recorre nuestra tortuga escogida luego que sale del mar y se arrastra para escoger un lugar donde hacer su nido. Luego, usando principalmente sus aletas traseras, empieza a escarbar. La oscuridad es completa y el silencio es sólo interrumpido por el rugir de las olas. Wendell nos reitera que esperemos, que no hay que molestarla.
PREPARANDO LA CUNA
Luego de 20 minutos, en los cuales ya ha escarbado un agujero de unos 30 centímetros, la tortuga —de la especie paslama, según nos explica Wendell— empieza a depositar sus huevos. Uno por uno van cayendo. Cada instante de este ritual de vida es atrapado desde todos los ángulos posibles por los destellos fotográficos de los turistas y el equipo gráfico de LA PRENSA.
Se estima que una sola de estas tortugas puede depositar de entre 80 a 100 huevos en una arribada. Para el nacimiento de las tortuguillas se tiene que esperar alrededor de 42 días.
Es común que los nacimientos se den cuando ocurren las arribadas, por lo que en varias ocasiones ha sucedido que un grupo de tortugas llegan a depositar sus huevos en la madrugada y al alba están surgiendo de la arena cienes, a veces miles de crías, dando la impresión de que el milagro de la vida se dio en tiempo récord.
Han pasado ya 15 minutos. Nuestro vigilado reptil ha terminado de depositar sus huevos y empieza la tarea de enterrarlos. Con su instinto natural de madre, la tortuga se toma casi 25 minutos para dejar bien enterrados los huevos. Luego, se levanta con fuerza y golpea la arena varias veces para dejarla bien “compacta”. Al terminar, realmente no pareciera que se escarbó un hueco en el lugar.
TURISTAS EMOCIONADOS
Ahora sí. Los turistas, maravillados por lo que vieron, se dan gusto tocando a la tortuga y tomándoles fotografías directas a su cara. El guardaparques advierte que tengan cuidado. Si la tortuga se asusta puede morder. Si llega a agarrar una mano o dedo de una persona, no lo soltará hasta que se le dé un fuerte golpe a la cabeza. “Hay veces en que sólo cortándole la cabeza se puede lograr que te lo suelten, pero allí si es fijo que terminas sin dedo”, comentó Wendell.
“Es increíble. Yo estaba en Costa Rica, pero allí no pasó nada. Por eso me vine para Nicaragua para ver si tenía suerte y la tuve. Siempre he querido ver esto de las tortugas marinas. Es muy bonito”, dijo en un confuso español y bastante emocionado el canadiense Claude Mazizde.
“No lo puedo creer. No es lo mismo verlo en televisión o leerlo en Internet que verlo aquí. Mucha suerte que Nicaragua tenga esto”, agregó por su parte la holandesa Andrea Schuurman.
La tortuga a la cual hemos molestado toda la noche, da la vuelta, y con la misma lentitud con la que salió del mar se dirige de nuevo a éste. Va un poco desorientada por las luces de los focos y las cámaras fotográficas. Se detiene un momento para guiarse por el ruido de las olas, y luego encuentra el camino correcto hasta sumergirse en las aguas del Océano Pacífico.
Ha finalizado su labor. Seguramente ninguna de sus crías sobrevivirá, pero si una lo hace, dentro de 20 años continuará su legado, siempre en el mismo lugar donde nació.
LOTERÍA DE VIDA
Para que una de las tortuguillas puede llegar a vivir entre los 100 a 80 años que es el promedio de edad de ellas, debe tener una suerte equivalente a sacarse el “premio gordo” de la lotería.
Según cálculos de los investigadores, de cada mil tortuguillas una sobrevivirá. Las otras quedarán en los estómagos de depredadores como zorros, cangrejos blancos, perros, gaviotas, pelícanos, zopilotes, y, en menor grado —gracias a la vigilancia del Ejército, Ministerio del Ambiente y una fundación de carácter privada denominada Cocibolca— en el del hombre.
VIGILANCIA CONSTANTE
A pesar de que La Flor es una propiedad privada, su condición de reserva natural obliga a su dueño a mantener una vigilancia y cuido riguroso de la misma, tarea para lo cual cuenta con el apoyo de efectivos del Ejército Nacional y el Ministerio del Ambiente.
En lo que respecta a la vigilancia y protección de las tortugas marinas, la Fundación Cocibolca es la que dedica grandes esfuerzos para evitar que esta especie pase a la “lista negra” de animales en riesgo de extinción.
La Fundación Cocibolca mantiene un acuerdo con las comunidades cercanas a la reserva (El Ostional, Montecristo, La Flor, Tortuga, El Coco) para que éstas participen de forma voluntaria del cuido de las tortugas a cambio de un porcentaje de los huevos, los cuales son vendidos por los lugareños a un precio de 15 córdobas la docena.
Una de las labores más delicadas de los miembros de la fundación es estar atentos a los nacimientos de las tortuguillas, para protegerlas de sus enemigos naturales.
Si el nacimiento se da durante la noche, los vigilantes deben preocuparse sólo por espantar a los cangrejos blancos. Si el nacimiento es en el día, entonces, debido a que el peligro es mayor, los guardaparques recogen las crías, las protegen durante el transcurso del día y en la noche, las llevan al mar.
Si usted desea visitar La Flor, los precios para los nacionales son 80 córdobas para adultos y 40 los niños. Para extranjeros es de 150 córdobas para los adultos y 75 si son niños. Acampar en la reserva cuesta 300 córdobas, sin importar su nacionalidad.
CASTIGOS ORIGINALES
Pese a la vigilancia, siempre se dan casos de pobladores que entran a La Flor con la intención de saquear los huevos de tortugas. Como en la mayoría de los casos son personas pobres que buscan algo que comer o vender para la subsistencia de sus hogares, se les aplica castigos muy particulares en caso de ser capturados, por ejemplo, ponerlas a cargar agua, cortar leña bajo el sol o amarrarlas con un mecate un par de horas.
Articulo tomado de La Prensa.
lunes, 18 de abril de 2011
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